Suele afirmarse en algunos círculos no tan informados que Roberto Matta dio la espalda a su país de origen y que su obra, influencias y preocupaciones artísticas e intelectuales son propias del modernismo europeo o norteamericano, pero nunca chileno.
Con motivo del centenario de su nacimiento, el 11 de noviembre de 1911, el libro “Matta 100” se encarga de desmentir definitivamente esa ignorancia acerca del compromiso e interés que Matta tuvo por Chile y su problemática social.
Una extensa recopilación de sus pinturas y grabados, algunos de ellos desconocidos en nuestro país y nunca antes mostrados en conjunto, fueron exhibidos a partir del 9 de noviembre de 2011 en el Museo de Bellas Artes que, bajo la dirección de Milan Ivelic y con el apoyo de Banco Santander, permitieron producir un valioso libro-catálogo que devuelve a Matta toda su integridad como ser humano sensible a los temas de Chile y que fundamenta su plena pertenencia a nuestra propia historia cultural.
ada de lo anterior hace conflicto con su estatura mundial ni con su relación con las vanguardias, el surrealismo o artistas cumbres como Duchamp, Picasso o Ernst…
En su pintura y sus palabras, Chile está presente con trazos firmes e ideas precisas sobre la libertad individual, la revolución, la guerrilla interior y la causa social, siempre con profundidad espiritual y muchas veces con humor e inteligencia notables.
Matta 100 incluye fotografías del artista trabajando en Chile y compartiendo con sus pares locales como Nemesio Antúnez, Camilo Mori, Delia del Carril, Guillermo Núñez, o los también chilenos ya afincados aquí como Roser Bru y José Balmes, entre otros.
Obras maestras son sus enormes arpilleras pintadas con brocha gorda y espesa pintura a la cal, preparada por el estucador Ramón Domínguez que en 1970 trabajaba en las obras de reparación del Museo Nacional de Bellas Artes y de lo cual quedó un registro fotográfico que ilustra la portada de este extraordinario libro.